-¿Cómo se manejó el equipo sin Nicolás Aguirre?
-Bien. El equipo supo manejar la ausencia del Penca. En lo personal me faltó el aire por momentos pero en general me sentí bien. Lamentablemente, ya sabía que Penca no jugaría, así que me mentalicé que tenía que estar en la cancha la mayor parte del tiempo y gracias a Dios salió bien.
-Con respecto a la contractura y al hecho de haber jugado todo el segundo tiempo, ¿cómo lo tomaste?
-José, Gabriel (kinesiólogos) y Marcelo (traumatólogo) hicieron un trabajo bárbaro. El cuerpo médico del club viene hace dos semanas trabajando muy duro conmigo, al punto de que ya me estaban matando. Pero tuve la suerte de estar bien para cuando se me necesitó, no al 100% pero sí aguantando por lo menos todo el segundo tiempo.
-Además del crecimiento del equipo, fuiste uno de los mejores contra Peñarol.
-Me voy muy contento. De a poquito espero seguir creciendo junto al equipo, por lo menos como jugamos contra Peñarol. Hasta ahora me costaba adaptarme al nuevo juego o al viejo juego que yo conocía, pero que durante años no lo hice. Un juego que es menos esquematizado, con más iniciativa personal, por eso me cuesta muchas veces encontrar el juego. Pero estando mentalizado de que tenía que estar en cancha sí o sí, por ahí entré con otra predisposición a la cancha.
-¿Qué esperás del juego contra Quilmes?
-El partido será complicado, no por lo que es el rival sino por la situación en la que se encuentra. Tanto Quilmes como el resto de los equipos van a querer ganarnos, por la posición en la que estamos. Nosotros tuvimos la suerte de ganar los dos partidos contra ellos, aunque allá nos costó un poco más porque era la primera fecha del campeonato. Creo que todos los partidos van a ser complicados, todo dependerá de nosotros, de que sigamos jugando a este nivel.
-¿Qué le falta a Boca para jugar al máximo nivel colectivamente?
-Más que nada, jugar los 40 minutos de la misma forma, con intensidad y concentración. En el cierre del tercero o principio del último cuarto, frente a Peñarol, tuvimos un bajón de concentración. Cuando lleguemos al nivel de concentración y de juego colectivo que necesitamos va a ser complicado que nos ganen.
-¿Esto tiene que ver también con que Peñarol salió a buscar el partido sobre el final?
-Siempre pasa, es el manotazo de ahogado, la desesperación del equipo porque sabe que es la última oportunidad que tiene para ponerse a tiro en el partido. Y nosotros al bajar el nivel de concentración e intensidad, en vez de hacer hincapié en nuestro juego, entramos en esa locura que propone el rival.
¿Tuvo que ver en el triunfo la buena defensa sobre Gutiérrez?
-Sí, seguramente. Si no me equivoco, Leo y Tato Rodríguez no habían anotado en el primer tiempo. Ellos son los tiradores de tres y las dos armas de ataque más importantes de Peñarol. Por eso considero que la defensa fue una de las claves.
Gentileza: a-d-c.com.ar