El andar de Átomo parece digno de una película. El conjunto compuesto por jugadores de la primera del Club Ciudad de Campana, donde se desarrolla la competencia, arrancó perdiendo ante Familia, para luego ir de menor a mayor. Llegó el repechaje ante Familia, su verdugo del debut, al que despachó con cierta holgura. Y ahora llegó la revancha ante El Intento, a quien le robara el invicto en la fase regular y ahora lo dejó con las manos vacías. 

Entretenido primer cuarto, de ida y vuelta, con ambos equipos dedicándose a contragolpear. Garín era bien defendido por El Intento, pero apareció Lucio Cadelli (12), que se encargó de manejar las acciones para el equipo que hizo las veces de local. Por su parte Girardi, que ya se perfilaba como figura rival, guió a los suyos para llevarse el parcial 21 a 19. Ambos equipos rotaron los bancos en la segunda manga, y la intensidad del juego bajó. Se puso muy cerrado y los errores estuvieron a la orden del día. El Intento estiró la ventaja a 4 y cerró la primer mitad al frente 36 a 32.
Y como en las buenas películas, lo que parece ser una derrota del protagonista, se transforma en victoria en un breve lapso de tiempo. Porque de los 4 cuartos que se disputaron, sólo uno favoreció a Átomo: el tercero. Apareció Garín en el arranque del complemento, para dar vuelta el marcador y junto a Guido Cadelli (14) metieron un parcial de 10 a 0. El Intento frenó la embestida Atómica con un encendido Ramiro Ibañez (12) pero un triple de Dante Bergara (8), en el cierre del tercer acto, puso a Átomo arriba 58 a 49. Pero ninguna victoria es fácil en el cine, y el último capítulo traería el suspenso y el dramatismo necesarios para que los espectadores no se movieran de la butaca. Pasó de todo: con Iván Duarte (11) y Alan Bouder (11) como estandartes de la ofensiva y presionando en defensa, el celeste comenzó a venirse mientras el blanco se le cerró el aro. Cada contra de El Intento sembraba más dudas acerca de la victoria atómica. Con el tanteador 73 a 71, en la última posesión El Intento tuvo la chance de ganar o empatar, pero una fallida penetración de Bouder cuando el reloj se moría, y una acción que dejó la duda porque pudieron sancionar falta pero no hubo silbato, acabó con la chance de N° 1 de la fase regular y desató el festejo atómico.

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