Al final, se dio vuelta la taba y otro título para esta crónica podría ser "Los Átomos se fusionan. La Familia se fisiona", en alusión al encabezado de aquel primer juego entre los dos. Lo cierto es que los pibes terminaron imponiéndole condiciones al mix de chicos y grandes que tantas ilusiones había despertado en su debut. Hay que aceptar que a esta instancia llegó un Átomo más completo y afinado que en aquel comienzo, al tiempo que de la Familia llegaron los retazos de lo que fue el equipo del debut, con mucho más talento del lado de los grandes y una conjunción con su legado (sus hijos) que daban para imaginar al equipo en la final. El duelo entre las versiones más completas de ambos quedará en la columna del debe.
Yendo estrictamente al partido, el juego comenzó a gran velocidad, de ida y vuelta: ambos jugaban de contragolpe, pero la diferencia la hacían los que llegaban en la transición ofensiva de los ataques de Átomo, que convertían en la segunda jugada, mayormente desde el perímetro. Joaquín Diaz salvó a la Familia de una catástrofe, y con sus corridas mantuvo a su equipo cerca. El chico concluyó 17 a 15 para Átomo. En el segundo cuarto Familia se pincho, mientras su oponente corriendo y contragolpeando, para obtener meter un parcial de 18-7 que dejaba el score 35-22 al cierre del primer tiempo.
En el arranque del complemento Átomo siguió con la misma fórmula, con Garín inspirado. Salvador se hizo cargo del ataque de su equipo, pero nada detuvo el aluvión blanco, que derivó en un contundente 31-16 que estableció una máxima muy holgada (66-38). Con semejante diferencia, Átomo bajó la intensidad y, con una dinámica de juego más lenta, apareció lo mejor de Familia. Pero el partido ya tenía dueño. Átomo materializó la venganza y estará en semis ante El Intento, en un duelo a todo o nada.
Posiciones