Ante un Paraná que tuvo algunas bajas y no encontró el rumbo, el Ancla definió el partido en el primer tiempo y estiró su invicto a 9 partidos en la competencia (su última derrota fue en la semifinal del 2017, cuando cayó en el Boat).
El arranque fue parejo, gracias al trámite trabado que se dio en los primeros 5 de juego, en los que Paraná se asoció colectivamente y su rival dependía de lo que pudiera hacer Allemann. Pero tras un tiempo muerto, el actual campeón del torneo repartió mejor el goleo y tomó distancia de 10 (24-14). En la segunda unidad se acabó todo. Merced a una dura defensa, que apenas le concedió 6 puntos a su oponente, el Ancla usufructuó la efectividad de Comínguez en el ataque rápido, para alejarse e irse al vestuario ganando por 34 (54-20).
Luego del descanso ambos equipos rotaron el banco. Melo, con ataques rápidos, seguió alargando distancias y Parana no encontraba cómo lastimar a la defensa del campeón. Cuando la diferencia superó los 40 puntos, el último cuarto se jugó más relajadamente.
Paraná no le pudo encontrar la vuelta a a sus ausencias y a la jerarquía de su rival