Anoche a las 20 debía disputarse en el gimnasio Jorge Giovagnoli el encuentro por la 8ª fecha del torneo de Primera División entre Náutico Zarate e Independiente, pero, increíblemente se suspendió todo.

Los equipos estaban desde temprano en la cancha, la planilla de Náutico estaba completa y sólo faltaba la de su rival. Sin embargo, pasada las 19.45, para sorpresa de todos y justo cuando los árbitros Gustavo Zukowski y Luis Ranzini recién habían ingresado a la cancha, Independiente se fue del gimnasio.

Luego de lo sucedido, según lo que contaron los árbitros, el Rojo quería jugar en la cancha principal y no en la transversal, porque alegaban que la transversal no cumplía las medidas reglamentarias. Y como no pudieron obtener lo deseado, se retiraron.

Los jueces, quienes alegaron que el partido podía disputarse sin ningún problema al avalar que la cancha cumplía con las medidas exigidas, esperaron un tiempo prudencial a ver si la cosa cambiaba y al notar que nada se modificó, decidieron firmar la planilla.

Se comunicaron con el Presidente de la Asociación de Basquetbol Zarate-Campana, Juan Carlos Poletti, informándole de lo sucedido y se retiraron, aunque, antes de hacerlo, se dio como situación decorosamente humorística que los fotógrafos presentes, les tomaron fotos a ellos y a la planilla de juego.

Ahora, todo quedará en manos del Tribunal de Disciplina quien deberá decidir qué sucederá con este clásico.

Del lado de Náutico alegan que sí se cumplen las medidas reglamentarias para disputarse el partido, en cambio, Independiente opina totalmente lo contrario.

Sin lugar a dudas esto fue un papelón total, un hecho insólito y algo difícil de entender y creer. Y que dejó al juego lastimado.

Propios jugadores de Independiente no podían creer lo sucedido y mostraron su descontento en las redes sociales. “Quiero volver a jugar por jugar”, fue la frase que mejor lo graficó.

Informe: Matías Bravo.