Corría el año 1987 y yo regresaba al básquet siendo infantil de segundo año tras haber abandonado la actividad cuando llegué a mini-básquet, en 1984. Por mi estatura de ese entonces (1,78 con 13 años) me tocaba jugar de pivot. Delante mío tenía al "Gordo" Germán Green, un voluminoso pero bastante atlético, potente y habilidoso jugador de alrededor de 1,80 que la rompía, y claramente nuestra gran carta de gol para esa temporada de primera A, la máxima categoría de lo que hoy es FeBAMBA. Todo presagiaba un año de crecimiento personal, a la sombra de mi corpulento compañero, en un equipo que, a las órdenes de Roberto Santín (sí, el de River Plate) daría una pelea interesante. Pero un triangular de pretemporada en Imperio Juniors (a dónde regresé hace unos días para cubrir al local vs San Lorenso en +45), cambiaría el destino del equipo y mi año en lo personal: triangular entre GEVP, Imperio y San Miguel. En esa época Parque era sin dudas "el club" y se llevaba a cuanto jugador le gustara, a cambio de "viáticos". En Cadetes, la institución capitalina tenía un equipazo, en el que un tal Sebastián "Paco" Festa, cadete de primer año, jugaba algunos minutos rodeado de otros grandes jugadores que en su enorme mayoría llegarían a la Liga Nacional, y en algunos casos a la Selección Argentina. Pero regresando a los infantiles de 1987, Parque detectó a Germán Green y lo logró reclutar para sus filas, a días del comienzo del torneo, con lo que en un abrir y cerrar de ojos nos quedamos sin la estrella del equipo. Santín caminaba por las paredes y le advirtió (y luego lo cumplió) a Germán "cuando te desechen el año que viene no podés volver a San Miguel". Y tuvimos que arrancar el año sin el gordo y rearmarnos sobre la marcha.
Nuestra campaña no fue de lo mejor, porque no teníamos altura de calidad y nos fuimos armando a base de derrotas. Pero pese a los contratiempos, yendo de menor a mayor y corriendo como nunca lo hicimos en nuestras vidas, evolucionamos. Ese piberío al que le faltaba pegar el estirón corría y presionaba a más no poder. De entrada perdíamos todos los juegos. Luego empezamos a ganar los segundos tiempos, pero no llegábamos a revertir los resultados. Pero promediando el torneo, con el crecimiento personal de algunos (entre los que me incluyo porque pasé de jugar 10 minutos a hacerlo todo el partido en muchas ocasiones), el desarrollo colectivo, y enfrentando a equipos que estaban en posiciones/situaciones similares a la nuestra, el equipo empezó a ganar mucho. Para fin de año teníamos un quinteto titular de cierre de juegos definido, que integrábamos Matías Cincunegui, Ciro Ebi y Gonzalo Finkerlberg, en el juego exterior, y Marcelo Vocobelli y yo en el poste bajo. Y le hacíamos fuerza a cualquiera! Igualmente el foco de ese año no fuimos nosotros, sino el equipo de cadetes, en el que un tal Diego "Jerry" Fortunato empezaba a hacer historia. De hecho a nosotros nos cambiaron el entrenador y conocimos a Claudio "el negro" Balmaceda, que nos dirigiría casi ininterrumpidamente hasta primera, alternando con Omar Amado, actual DT de CSTT +35 y de la primera (donde dirige al eterno Diego Fortunato) en Tortuguitas.
De nuestro equipo de infantiles de 1987 apenas 2 jugadores llegamos a jugar en primera: Ciro Ebi fue sin dudas el más destacado y con mayor proyección, ya que 2 años después jugaba desde cadetes hasta primera con apenas 15 años. Yo fui el segundo y lo hice hasta que llegué a la Universidad y se acabó mi tiempo para entrenar y jugar 4 veces a la semana (el mal pasar deportivo de San Miguel tuvo mucho que ver con que llegara a primera). El resto fue quedando en el camino y apenas Marcelo Fernández llegó a juveniles con nosotros, hasta que decidió colgar las botas por los estudios. En lo que será otro "recuerdo", los cadetes de CASM 1988, los únicos infantiles sobrevivientes somos los 3 mencionados.
La Foto
Arriba: Roberto Santín (a quien hace unas semanas, en la final River vs Campos A +35 volví a ver, mientras entrenaba al Millo del Torneo Federal; y del que hace unos días, en Imperio, me acordé de la primera vez que me sacó de los pelos de la banca para darme gentiles indicaciones de ingreso en aquel triangular de 1987), Ciro Ebi (amigo y actual base de San Miguel +35), Marcelo Vocobelli (dejó a finales de la temporada. A veces me lo cruzo en los boliches de San Miguel), Yo (Damian Bellino, como jugador gran periodista), Pablo Romero (dejó en cadetes), Rodolfo (no recuerdo su apellido), jugador que empezaba en el básquet con 13 para 14 años y le costó aprender. Abajo: Sebastián "Capuccino" Espinoza (dejó en infantiles de segundo año), José Luis "Rulo" Lucchesse (dejó al final de la temporada 1987), Matías Cincunegui (no llegó a completar el segundo año de infantiles), Ignacio Healion (hermano del actual alero de San Miguel +35, el negro Damian Healion, que no completó su segundo año), Marcelo Fernández (llegó a juveniles y dejó; vivimos uno a la vuelta del otro y nos vemos en contadas ocasiones, mayormente en el tren cuando vamos a nuestros trabajos. Juntos fuimos a ver el Mundial de 1990) y Gonzalo Finkerlberg (abandonó al concluir la temporada 1987).
Este es mi aporte para la sección a la que espero muchos tengan material para enviar.
Por Damian Bellino para "Equipos en el Recuerdo".